lunes, 14 de noviembre de 2011

Too Many Notes

Emperor Joseph II: There are simply too many notes. Just cut a few and it will be perfect.
Mozart: Which few did you have in mind, Majesty?
(Conversación según guion de la película “Amadeus” de Milos Forman)

Este año 2011 se cumplen 255 años del nacimiento de un niño que con el correr de un corto tiempo se convertiría en unos de los más grandes genios musicales que ha dado la humanidad. Wolfgang Amadeus Mozart nació en Salzburgo, Austria, y desde joven mostró su genialidad lo que hasta el momento de su muerte le llevó a producir misas, oratorios, operas, lieder, sinfonías, conciertos, cuartetos, etc. Realmente fue poseedor de un talento y precocidad tal que revolucionó su época y continúa revolucionando la música hasta el día de hoy.

Sin embargo, en la época de Mozart no existían las casas disqueras, el “manager” representante de varias estrellas y con múltiples contactos en el mundo del espectáculo, los medios impresos y electrónicos y el Internet. Para proyectarse los talentos tenían que valerse de “patronos” que le respaldaran con recursos económicos. Solo de esta forma era posible la proyección para el éxito.

A pesar del genio indiscutible del joven Mozart su caso no era diferente. Su padre (que hacia el papel de “manager”) tuvo que moverse en ese ambiente en busca de respaldo. Luego de un tiempo logró que el joven músico compusiera e interpretara para la corte del Emperador José II de Austria. Al oír la opera: “El Rapto en el Serallo”, el Emperador no mostró mucho entusiasmo. Buscando la razón de esta frialdad, Mozart preguntó al Emperador su opinión sobre la pieza interpretada. En la cita de este artículo la conversación de desenvuelve de forma que el Emperador, confundido con la pregunta y carente de argumentos sólidos para rebatir la calidad de la pieza, solo pudo decir “too many notes”.

¿Cuántas propuestas creativas de las agencias no son rechazadas con el argumento imperial de “too many notes”?

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