jueves, 21 de marzo de 2013

Malls e Internet. ¿Disyuntiva u Oportunidad?


Los centros comerciales proliferan en todas las grandes ciudades. Basta con salir a las afueras de los cascos centrales de cada ciudad y uno se impresiona de la cantidad de estos “malls” a veces uno a continuación del otro, de diversos tamaños y algunos abiertos (generalmente los mas pequeños) y otros cerrados. En estos lugares las marcas mas famosas ofrecen sus productos e inclusive algunos tienen salas de cine que sirven como espacio de entretenimiento y hasta descanso.
Hace unos días me encontré con un artículo publicado por Reuters en http://www.reuters.com/article/2013/03/17/us-retail-mall-future-idUSBRE92G04720130317 que precisamente trata el tema.
En esta noticia se nos habla de una creciente obsolescencia de los “malls” ante la nueva competencia de las compras vía Internet y la opción de estos centros de ir ofreciendo otra clase de servicios como gimnasios, clínicas de cuidado personal, laboratorios médicos, centros educativos, supermercados, salones audiovisuales para reuniones ejecutivas, etc.  Se trata pues de una revisión del concepto ante que las leyes de Darwin le lleven a la decadencia.
Sin duda que las compras por Internet se han convertido en una alternativa cómoda y segura para las personas; ya que no requieren moverse de sus casas y cuentan con la ventaja de una visualización cada vez más atractiva ofrecida por una tecnología casi milagrosa que permite apreciar los productos con nitidez.  Con el valor agregado al Internet de la visión 3D las posibilidades de atracción se multiplicaran para comprar en la Web.  
El fenómeno de la compra por Internet no creo tiene final y todo lo contrario es una actividad que ira en crescendo en la medida que los problemas de tránsito y las distancias lleven a las personas a preferirlo ante la compra en vivo.
En lo que nos concierne, creemos que ciertamente la compra vía Internet es una opción excelente pero muchas veces ya sea para salir de la casa o simplemente para tocar lo que vamos a comprar y poderlo palpar es más divertido irse a uno de estos “malls”. Me dice mi hija que aunque ella compra también por Internet el poder ir a las tiendas y ver las cosas le produce una sensación de diversión que difícilmente la consigue en el Internet y además aprovecha los grandes descuentos que se presentan con frecuencia y a los que puede responder con relativa rapidez y una pronta selección.  Este sentimiento hay que reactivarlo agregando nuevas ofertas en los centros entendiendo que la metamorfosis comercial en esta era en que vivimos va cada vez a mayor velocidad.
Hay que comentar que una apreciable cantidad de tiendas vía Internet no aceptan compras a crédito (si la tarjeta de crédito no es emitida en los Estados Unidos con una dirección en ese país). Esto es un  obstáculo que limita las ventas a países fuera del territorio norteamericano (generalmente aceptan compras con tarjetas del Canadá) e impiden el desarrollo de sus negocios allende sus fronteras. Una notable excepción y de ahí su enorme éxito es Amazon cuya visión de negocios global tiene la flexibilidad de permitir tarjetas de crédito emitidas en otros países y que por tanto es referencia de compra recurrente para miles o quizás millones de personas en todo el mundo.
Este tipo de visión tubular de algunos negocios vía Internet además de limitarles les resta clientes potenciales que al verse rechazados acuden a los brazos de negocios más abiertos tales y como Amazon.
Lo sorprendente de esta medida de algunas tiendas de Internet es que si vas físicamente a sus tiendas de los centros comerciales en los mismos EUA puedes pagar con tu tarjeta de crédito NO emitida en los Estados Unidos.  Claro no todo el mundo puede viajar con regularidad y, sobretodo con los crecientes costos de las tarifas de vuelo, hoteles y restaurantes, quienes vivimos en países menos desarrollados con una oferta de productos más limitada, se nos abre pues cada vez más la opción de la compra por Internet.  De estas compras se beneficiaran las tiendas que comprendan el fenómeno comercial con mayor rapidez.
Como sea, y mientras el mundo se convierte cada vez más en lo que Marshall McLuhan llamó “global village”, el consumidor tendrá una infinidad de opciones en tiempo real por la web y los centros comerciales tienen la oportunidad de repensar su negocio adaptándolo a tiempos nuevos llenos de sorpresas.
En mi país la Republica Dominicana allá por los años 50s del siglo pasado, un programa radial cerraba con el slogan, “la vida no se detiene prosigue su agitado curso”.  Más que nunca en este siglo XXI, el citado slogan repunta con total vigencia ante la avalancha comercial ofrecida por la tecnología y los cambios que querámoslo o no está trayendo a todos los que de una forma u otra formamos el ejército de consumidores.
La opción no debería ser “malls” o Internet sino conveniencia, entretenimiento, opciones y facilidades.  Es el momento de pensar en estrategias de posicionamiento que rompan con lo tradicional para que los “malls” como mencionamos al inicio de este artículo no sean víctimas del darwinismo comercial.